Competencia inconsciente, productividad y prioridades
Las cuatro fases de la competencia
La semana pasada hablábamos acerca del círculo de competencia, y decíamos que las fronteras de nuestra competencia en un tema vienen determinadas por “lo que no sabemos que no sabemos”.
Hoy quería tratar el tema de la competencia desde otra perspectiva: ¿cómo alcanzamos la competencia o el dominio de una materia? Resulta interesante cómo, para pasar de la incompetencia total al dominio en un tema, siempre se recorren las mismas cuatro fases. La duración de cada una depende nuestra habilidad innata y nuestro esfuerzo, pero en cualquier caso debemos de toparnos con cada una de ellas antes de poder ser expertos en un área.
Las cuatro fases de la competencia son:
Incompetencia inconsciente
Incompetencia consciente
Competencia consciente
Competencia inconsciente
Durante la primera fase, la incompetencia inconsciente, nuestra intuición y nuestras preguntas son incorrectas, y por tanto no sabemos qué preguntas hacer para salir de nuestra ignorancia. Está es, indudablemente, la fase más difícil de superar. Lo que debemos plantearnos para pasar de esta fase a la segunda fase es algo humillante, pero no por ello menos necesario. ¿Soy consciente de lo malo que soy haciendo esto? ¿Soy consciente de todo lo que ignoro? Si no estáis familiarizados con el sesgo cognitivo de Dunning-Kruger, os adelanto que probablemente padecerlo es la manera más segura de nunca superar esta etapa.
Una vez que somos conscientes de aquello que ignoramos, hemos pasado al segundo nivel, la incompetencia consciente, donde, como ya sabemos aquello que debemos mejorar, podemos practicar deliberadamente para pasar al siguiente nivel. Aquí conviene preguntarse ¿puedo realizar una tarea, de manera más o menos promedio, de manera consistente? Si la respuesta es sí, entonces hemos pasado a la fase 3.
La fase de competencia consciente es en la que nos encontramos la mayoría de nosotros en muchas o todas de nuestras habilidades. Somos capaces de realizar tareas relativamente complejas, pero con un nivel de concentración considerable (y evidentemente proporcional a la tarea). ¿Cómo avanzamos de la fase 3 a la 4? Pues, en este caso, habremos alcanzado la competencia inconsciente cuando, sencillamente, somos capaces de ejecutar algo complejo sin aparente esfuerzo.
Probablemente, si alguna vez habéis visto a un músico virtuoso, o la obra de un gran pintor, os preguntaréis cómo son capaces de ejecutar algo tan complejo con un esfuerzo aparentemente tan pequeño. También, si habéis practicado algún deporte, os asombraréis ante cómo los profesionales pueden hacer cosas que a vosotros os parecen increíblemente complicadas de manera tan mundana.
📝Una estrategia de productividad: Brain Dump
Hoy quería compartir una estrategia de productividad que, aunque parezca muy simple, es increíble lo útil que puede ser. Quizá muchos ya la estéis usando y no le habíais puesto nombre, o puede que no hayáis oído hablar nunca de ella.
La estrategia en cuestión es el Brain Dump, que quizá podríamos traducir como “verter ideas”. El concepto es bien sencillo: al final del día de trabajo, antes de salir y hacer lo que vaya a hacer esa tarde (ya sea hacer deporte o tomar algo con mis amigos), anoto en un cuaderno todas las tareas que se han quedado sin hacer ese día y que debo de afrontar el día siguiente. Si la tarea tiene alguna hora o intervalo de horas en el que lo debo realizar, lo apunto también.
En mi caso uso una agenda día vista para hacerlo, pero otra posibilidad es utilizar un bullet journal o un cuaderno normal y corriente. Ahora, recalco lo de todas las tareas (incluso las que sabes que seguramente no te dará tiempo a realizar el día siguiente), porque el objetivo es librar al cerebro de tener que recordar un montón de pequeñas y grandes cosas que pueden hacer que no estemos presentes en aquellas actividades que nos relajan después de un día de trabajo.
El día siguiente, repetiremos lo mismo, pasando también todas las tareas que teníamos para ese día y que no hemos podido acabar. Por sencillo que parezca, esta estrategia tiene tres ventajas que la hacen muy interesante:
Evitamos tener que recordar y por tanto evitamos la posibilidad de que se nos pase algo.
Libramos a nuestra mente (y por tanto a nuestro cuerpo) del estrés de tener que recordar y de que eso no nos haga disfrutar de nuestro tiempo libre.
Ponemos fin al día de trabajo con un pequeño ritual que nos ayuda a hacer la transición entre trabajo y ocio.
Si no has probado esta estrategia para terminar el día, te recomiendo que lo hagas. Puedes después escribirme para comentar si te ha sido útil o no.
Recomendaciones
📖 Un libro: El último libro que he terminado se llama How to fail at almost everything and still win big (tienes versión en inglés y en español) de Scott Adams, el dibujante creador de la tira cómica Dilbert. Personalmente, no conocía nada del trabajo de Adams, pero el libro me ha parecido tremendamente entretenido y motivador. En él, el autor estadounidense da una serie de consejos (bastante atípicos) para triunfar profesionalmente, narrados a través de su historia personal.
📱Una aplicación: Siguiendo con el tema del brain dump, una aplicación de tareas que me parece intuitiva, sencilla y a la vez potente es Tick Tick. Es gratuita y está disponible para todas los sistemas operativos, además de tener interfaz web y extensiones para el navegador. La uso mucho para llevar un registro de las tareas que tengo que realizar y me ayuda con esa planificación. Entre sus opciones más “avanzadas” se encuentra un gran reconocimiento del lenguaje natural para los límites temporales de las tareas y la posibilidad de ver tus tareas en una Matriz de Eisenhower (de la que quizá hablaremos otro día).
📰 Un artículo: Me ha gustado mucho este artículo sobre el origen de una de las zonas de Londres más conocidas, que da nombre incluso a una estación de metro, Charing Cross.
Una frase en la que estoy pensando
Si volvieses al pasado y arreglases todos los fallos que has cometido, te borrarías a ti mismo.